miércoles, 9 de diciembre de 2009

El parque de La Elipa.


El hombre bajó del autobús y tuvo un primer contacto con ese aire subsidiario de los tubos de escape. Se defendió genuinamente ante la pereza que le imponía su cuerpo indispensable, un trecho arriba de un camino que acababa en una pequeña meseta atesoraba una pequeña sorpresa. Cuando llegó al fin, una vista magnifica de Madrid alentaba la apariencia mínima de aquel pequeño viejo.

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